En el corazón del altiplano boliviano, cerca a los monumentos funerarios de nuestros antepasados o Chulpares que causaron honda impresión a los españoles en la colonia, se yergue la iglesia de Curahuara de Carangas. Descubrimos en su entrada un escrito con el año de la finalización del edificio: 1608. Nos recibe y nos acompaña el padre Jacinto, guardián temporal de este singular y misterioso lugar.
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